Los aceros para trabajos en frío se emplean en la fabricación de herramientas en cuyo servicio, por lo general, no se sobrepasan temperaturas superficiales de 200°C
Las propiedades características de los aceros para trabajar en frío son:
Duerza elevada Gran resistencia al desgaste Buena tenacidad Maquinabilidad adecuada Resistencia elevada contra presión impacto Reducida variación dimensional en el tratamiento térmico